domingo, 5 de agosto de 2012

En búsqueda de la estabilidad perdida...

Pues sí, ahí seguimos, en búsqueda de la estabilidad perdida... estabilidad que quizá no era tal, pero al fin y al cabo, estabilidad...

Estabilidad en el trabajo... en casa... en ciertas rutinas o costumbres... en los horarios... en la cuenta... jajaja... algunas se consiguen nada más llegar y otras... bueno, digamos que otras parecen resistirse...

Después de cuatro meses ya en Santiago, aún notamos cierta sensación de vértigo, la misma que nos sacudió inmediatamente después de recibir las ofertas de trabajo allá en Madrid...
Cierta sensación de intranquilidad, de desasosiego...
Por fin, después de tres meses, encontramos hogar "definitivo"... Nunca pensamos que encontrar un departamento sería tan difícil... tan pesado...

Pero lo logramos! Al fin encontramos ese rinconcito con el que empezar a estabilizarnos y dejar eternamente de buscar. Si todo va bien, tendremos al menos un año de tranquilidad y de algo más de espacio... lo que incluye mini-habitación de invitados y sofá cama... por si alguien, apesar de la crisis, se anima a conocer este lado del mundo.

En estas semanas han seguido búsquedas, papeles, limpiezas, mudanzas, lío, nervios, cansancio... y momentos que ya nada tienen que ver con eso.

Han sido semanas de recibir buenas y malas noticias, de momentos súper alegres y no tanto... de correo postal y electrónico, de fotos, de vídeos, de periódicos nacionales e internacionales...

Semanas, días, horas de altibajos. De empezar a echar cosas en falta y de no querer saber más lo mal que está el tema en ningún sitio o las calamidades de otros... de no querer tener la sensación de que nos digan entrelíneas: Ni se os ocurra volver.

Y pasan los días y parecemos no darnos cuenta... y de repente, te paras y piensas "cuatro meses" y al final, no ha sido para tanto... ni en lo bueno, ni en lo malo. El tiempo vuela, y a eso quizá nos ayude nuestra famosa percepción geológica del tiempo... un millón de años, al fin y al cabo, no son nada!


Y a pesar de todo eso... de tener cada vez más sensación de ser realmente emigrante... de que ya no tenemos edad de Erasmus y que la realidad es muy distinta, tener una sensación muy buena: percibir el cariño, el interés y la curiosidad de muchos... los asados, que son barbacoas... los cocimientos, que aunque suenen a borrachera y aunque lleven mucho vino, no dejan de ser guisos... y todos, acompañados con buena gente, buena conversación y muchas risas...

Y seguir con los topicazos y enseñar a hacer tortillas de patata, que por cierto, yo en mi casa no hacía nunca, sólo por el hecho de no ponerme... y comer jamón como no lo había hecho en mi vida, que, como buena "manchega" (aunque sea de adopción) todo el mundo sabe que siempre fui más de queso!

Y las reuniones Made in Spain... en las que uno a veces mira desde fuera y piensa "en los 60, en Alemania, no debió ser muy distinto" y que le den a uno ganas de llorar, pero de la risa, pensando en "lo cateto" que le parecía Paco Martínez Soria alucinando en Madrid en su "Abuelo Made in Spain",  o Alfredo Landa & Company en ese "Vente a Alemania, Pepe", del que tanto nos acordamos con el cansino efecto llamada... 


... y con la sensación de que si de repente sonase "Suspiros de España" en cualquiera de sus versiones, desde Estrellita Castro hasta Plácido Domingo... o Manolo Escobar, con el "Allá en tierra extraña" (y sí, las conozco y me las sé, es lo que tiene ser de pueblo y haber oído pasodobles toda la vida)... no me hubiera extrañado nada, a pesar de que vayamos de modernos, o de hippies o de súper-profesionales trotamundos a los que no nos importa estar fuera...


...y un web!

Y lo piensas y... zas! Suena! Te paras en una plaza a tomar algo un domingo soleado, a eso de mediodía, y una banda de música al más puro estilo español, se planta en el medio, y lo toca!

Vemos a la selección, y gritamos y brindamos si se lleva la Eurocopa... y quien más y quien menos, se pone encima una bandera, aunque sólo sea por las olimpiadas, el fútbol, el tenis, la fórmula uno... o porque simplemente le salga de la boina, que para eso es nuestra casa, donde está nuestra familia y donde, más tarde o más temprano, todos tenemos intención de volver... quizá más viejos y más sabios, pero no sólo de vacaciones, sino para quedarnos... si sus excelencias los políticos, banqueros y demás gentuza nos dejan, vaya.


Y mientras eso ocurre... creemos que seguimos en búsqueda de la estabilidad... dejando que Chile despliegue sus bondades cual pavo real con su cola en Los Dominicos... alucinando con la belleza natural del país, que aún no hemos empezado siquiera a conocer...



...marchándonos a pasar el día a la playa... paseando por Valparaíso, o Viña del Mar... tomando los primeros rayos de sol que nos huelen a primavera (aunque de por medio nos quede todo el mes de agosto)... perdiéndonos en la carretera... cambiando ruedas a oscuras y a las tantas de la noche... compartiendo días, riendo sin parar... comprando paseos tipo turista para subir a la cordillera... planeando próximos días libres... vacaciones... viajes... que, aunque no nos lleven a casa y tengan poco que ver con las rutinas, son lo que finalmente nos empuja a seguir aquí un poquito más... a descubrir un poquito más... a que todo nos guste, aunque sólo sea un poquito más...